lunes, 16 de marzo de 2015

Artículo de opinión en forma de carta abierta.

Por desgracia, vivimos en una sociedad en la que se están perdiendo los valores,
sobre todo la educación, ya que usted compara a cristianos con perros y al
cuerpo de Cristo con una simple galleta.

Permítame recordarle que el mismo Jesucristo fue quien instituyó la Eucaristía
en la última cena con sus apóstoles. Este momento lo recordamos los cristianos
en la Santa Misa (además de en el quinto misterio luminoso del santo rosario) en
el momento de la consagración nos ponemos de rodillas porque el Espíritu Santo
(la tercera persona del Dios Trinidad) es el que convierte el pan y el vino en el
cuerpo y la sangre de Cristo.

Usted dice que realmente no podemos hablar con Cristo y con Dios, pues claro
que podemos, pues tenemos fe en ellos. Además hay un prefacio (que es lo que
el celebrante dice antes del momento de la consagración) que dice que aunque
Dios no necesita nuestra alabanza ni nuestras oraciones le enriquecen, él hace
suya nuestra acción de gracias.

Usted también ha criticado la Semana Santa pues bien, el sentido de ésta es
además de una manifestación pública de fe católica, el recuerdo de la pasión de
Cristo, que dió su vida por nosotros. Es verdad que hay gente que le tiene
devoción a las imágenes y, efectivamente, las imágenes no son ni Cristo, ni la
Virgen. Es igual que si un escultor le representara a usted, usted no es la
escultura.

Dice también en el artículo que le ha preguntado a creyentes en la fe la razón
de su creencia y no han sabido responderle. Pues bien, para un cristiano de a pié
no es fácil hacerlo porque no encontramos las palabras adecuadas para ello. Si
se lo preguntara a un teólogo, seguro que sabría responderle.

Por otra parte, usted no está de acuerdo en que se enseñe la asignatura
Religión y Moral Católica en los centros educativos. Pues bien, eso es igual que
si yo dijera que es una pérdida de tiempo estudiar Historia, Filosofía o
Ciudadanía, pues es una asignatura que nos enseña los valores cristianos. No se
estudia sólo la Historia de la Religión Católica, sino también la de otras
culturas; la mayoría de los españoles son cristianos, y el no estudiarlo sería
ignorar el pensamiento e Historia nuestros. Me parece perfecto que usted haya
decidido quitarse de esa asignatura, lo que no me parece bien es que la critique.

Me duele mucho que usted diga que no se le respeta, pues pienso que no es
verdad, ya que un buen cristiano le trataría igual que a otra persona, pues
pedimos por los que no creen, ni aman a Dios.

Con este artículo no la estoy convenciendo para que se convierta al cristianismo,
sino para que respete a los que sí lo somos, porque nosotros respetamos a
aquellos que piensan diferente.


Por si fuera poco, me dijo que no le parecía bien que se bautizara a los niños
cuando ni siquiera tienen uso de razón, porque según usted no nos dejan elegir.
Pues hay otro sacramento que se llama Confirmación, en el que los cristianos
renovamos las promesas del Bautismo, que quiere decir que nosotros estamos
de acuerdo con lo que nuestros padres y padrinos eligieron.

Y, si no está de acuerdo con el bautismo, puedes en todo momento renunciar a
éste mediante la apostasía.

Si yo hubiera nacido en otro sitio y en otro siglo, seguiría siendo creyente, pues
la fe no entiende ni de siglo ni de sitio.

Para concluir, decirle que si yo estuviera en su situación no pensaría mal de
otras personas, ni las criticaría, como usted ha hecho en su artículo. Lo que más
me preocupa es ser buen cristiano, ciudadano y ayudar a los demás, en lugar de
desconfiar de la buena fe del tesorero.

Atentamente,
                           un cristiano y ciudadano de a pié.

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