martes, 9 de junio de 2015

Romeo y Julieta, desde el punto de vista de Fray Lorenzo


Esta historia empezó cuando Romeo, el heredero de los Montesco, se coló en la fiesta de los Capuleto. Allí, según me contó él conoció a Julieta, la heredera de los Capuleto que, además, es una muy buena feligresa,  porque se confiesa, gracias a Dios, con mucha frecuencia.

Y es que Romeo es como un hijo para mí, siempre le ayudo en lo que puedo.

Además, los dos me han demostrado amarse hasta la muerte y, por ello, yo he accedido a casarlos enseguida y sin hacer cursillos prematrimoniales, porque lo que realmente importa es que el amor no entiende de familias, ni de tratos y, sobre todo, no debe ser coaccionado. Para que un matrimonio sea feliz, debe existir amor entre ellos, de modo que se unan espiritualmente en una sóla carne.

Pero esto tuvo consecuencias para ellos y su entorno, han matado a Mercutio y Romeo, en defensa propia, ha matado a Teobaldo, cosa que es del todo injustificable, debido a que se ha saltado el 5º mandamiento del decálogo “No matarás”.

Por si fuera poco, esto le llenó, según me ha contado, de angustia y tristeza, pero las autoridades civiles lo desterraron, le ayudé a vestirse puesto que estaba lleno de heridas, y le aconsejé que huyera a Mantua hasta que se hiciera público su matrimonio y pudiera regresar para poder vivir juntos.

Tras la marcha de Romeo, Julieta me pidió ayuda para que su matrimonio con el Conde Paris no pudiera llevarse a cabo. La única solución que pude encontrar fue la de darle un brebaje para que quedara profundamente dormida y que pareciera muerta, para que su familia creyera que había perdido la vida. El efecto de este brebaje sólo dura 12 horas, tras las cuales Romeo deberá ir a despertarla y, así poder vivir unidos para siempre.

Por último, para que él supiera que Julieta no estaba realmente muerta,  le envié a un mensajero con la carta diciéndole que debía venir antes de que Julieta despertara. Aunque, por desgracia, no fue así, dado que Romeo fue a un boticario y le compró veneno para suicidarse. Cuando fue a verla estaba aún dormida y pensó que estaba muerta. Al comprobar que estaba, según él, muerta se tomó el veneno que resultó letal y, entonces llegó el momento en que Julieta despertó.

Finalmente, cuando ella vió que su amado se había envenenado, quiso también quitarse la vida para poder morir con él. Como no quedaba ni una gota en el frasco de veneno, ella optó por herirse con el puñal de Romeo y, así acabó la historia tan trágica que este matrimonio sufrió y ahora, lo único que puedo hacer es rezar por sus almas, para que sean acogidas en el reino de los cielos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario