jueves, 8 de octubre de 2015

Y tú, ¿quién eres?

Verdaderamente, es una de las actividades en las que mejor nos hemos conocido y, a la vez, en la que mejor nos hemos dado a conocer. Hemos hablado de nuestro compañero, no de nosotros mismos. Por ello, lo reconozco, sentí más vergüenza estando sentado cuando el compañero hablaba de mí, que cuando yo tuve que hacerlo de él.

En esta actividad se nos ha pedido que le hiciéramos una entrevista a un compañero y que, a partir de ella, hiciéramos una presentación en la que presentáramos a nuestro compañero y viceversa.

Lo que yo he hecho es, creo yo, lo que se pedía, ni más ni menos, eso sí, exceptuando lo que el profesor nos recomendó de poner una fotografía de nuestro compañero de pequeño, porque me parecía injusto que, como yo no tengo permiso para poner imágenes en Internet, él no pudiera poner de mí y yo si pudiera ponerlas de él.

Me ha gustado la actividad, sobre todo, cuando no hablaban de mí, ni yo de nadie, porque me cuesta y, además, no quiero abrirme a nadie que no sea de mi confianza y, creo, a esto no se le debe obligar a nadie y, menos, en una actividad que tiene nota.

Con esta actividad, he aprendido a describir, exponer y narrar una  anécdota sucedida a un compañero y, como antes he dicho, he conocido mucho más que antes a Daniel, mi compañero.

También me ha alegrado mucho que no pudiéramos hacerlo en formato Pechá Kuchá, puesto que, para mí, es muy estresante tener que prepararmelo con límite de tiempo, tratando decir todo lo que quieres antes de que se pase a la siguiente diapositiva.

Pero no todo es negativo, sí que me ha gustado que se haya prohibido poner más palabras que el nombre del autor y el del compañero, para que a nadie se le pudiera ocurrir poner un gran texto que poder leer y hacerlo, más bien, aburrido.

Me parece estupendo que sean los alumnos los que salgan a hablar en público, puesto que, creo, es una cosa que tenemos que saber hacer bien y que, no tan habitualmente como deberíamos, hacemos.

En definitiva, no me ha gustado del todo esta actividad por tener que abrirme a los demás, pero si que es verdad que he aprendido (o mas bien, repasado) a describir, exponer, hablar en público, narrar una anécdota y, también, para conocernos mejor los unos a los otros. Como defendía Lope, no todo en la vida es comedia ni todo es tragedia, sino una mezcla de ambas.





Aquí tenéis la foto que, aunque no se ve muy bien, es de la hoja de mi cuaderno en la que apunté los gustos de mi compañero.





No hay comentarios:

Publicar un comentario