Cuando despertó, descubrió que estaba encerrado en una caja de cartón, golpeó y golpeó, los minutos, segundos y horas transcurrieron, con la angustia de saber que el poco oxígeno que allí quedaba se terminaba, y que nadie acudiría en su ayuda. Poco a poco se adormeció y al final, todo acabó.
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